El cazador de tormentas es una novela muy especial. Nada comercial, enormemente reivindicativa, nace del corazón de un hombre enamorado de una historia. Surge de la creación y del nacimiento de un pueblo, de un lugar y de un rincón de la historia. Ficticios, cierto, pero tan reales que os va a costar daros cuenta de la diferencia.

Esta novela es como un remolino. Al principio es tranquila, sosegada, pausada, como el mar que rodea al vórtice. Simplemente te mece y te va llevando, te va arrastrando sin apenas fuerza. Después cobra impulso y, cuando te das cuenta, ya no hay vuelta atrás. En su última etapa, El cazador de tormentas es vertiginosa, espectacular e imparable. Como un remolino.
El miedo solo es un espíritu más, que intenta confundir la voluntad del hombre. Pero la voluntad es más fuerte. Solo hay que creer en ella.
Ala Roja, patriarca del Pueblo Halcón.
Hijo de Azor, el cazador de tormentas
Esta novela tiene un personaje único, un narrador constante que, sin embargo, actúa la mayor parte del tiempo como un observador estático de unos hechos cuya potencia lo arrastran. Este individuo es Hijo de Azor, un chaval que se encamina hacia una prueba que lo probará como hombre de pleno derecho y le otorgará un nombre. Sin embargo, en vez de finalizar la prueba, se verá absorbido por el arrasador desarrollo de unos acontecimientos cuya importancia, trascendencia y amplitud no dejan de crecer y crecer.
Durante toda la primera parte de la novela, Hijo de Azor nos describe las maneras y costumbres de su gente, el Pueblo Halcón, una tribu de los zerzura, los nómadas del desierto de Nilidia. Así, aprendemos su manera de sobrevivir en este letal desierto y comprendemos la manera de ser de estas gentes, tan solidarias para con los suyos y tan hostiles para con los que no son de su tribu.
Hijo de Azor nos va revelando poco a poco los rasgos de su pueblo, su mitología, sus principales figuras y también su propia identidad. Nos cuenta que solo es un niño aún, ni siquiera un hombre, pero también nos revela que es alguien potencialmente muy importante, pues ha demostrado poseer las dotes de un prometedor cazador de tormentas.
El niño nunca había conocido esos lugares, pero no le importaba. El desierto era todo lo que amaba, lo que sabía y lo que necesitaba para vivir. Su existencia había transcurrido siempre en aquel mismo lugar, sobre las dunas de arena o sobre la llanura pedregosa que los árabes llamaban hammada. Su conocimiento del mundo se centraba en las rutas que debía seguir para encontrar pozos de agua, el sonido del viento o las señales de un depredador. En la tribu se había significado como uno de los mejores cazadores de tormentas, y esa era una tarea delicada. El grupo entero dependía de la capacidad del cazador de tormentas para rastrear las nubes en el cielo y perseguirlas hasta que descargaran su contenido, tan fundamental para la vida en Zerzura. Tenía que ser capaz de oler la humedad en el aire, encontrar la dirección en la que crecía el musgo o sentir la presión sobre su cabeza. Y entonces cabalgaba día y noche, casi sin descanso, hasta que los dioses le regalaban vida que caía del cielo. Lul, el agua, que decía la bruja Alcándara, en una lengua que se había perdido mucho tiempo atrás.
Ala Roja, patriarca del Pueblo Halcón.

Nilidia y los zerzura en El cazador de tormentas
Nilidia es poco más que un desierto rodeado de cadenas montañosas. Es un lugar hostil que tiene unas reglas de obligado cumplimiento si se quiere seguir con vida, como bien saben las tribus nómadas que llevan viviendo en él desde la antigüedad. Estamos hablando de las diversas tribus que habitan el desierto de Zerzura.
A estas tribus nómadas pertenece el Pueblo Halcón que adopta a nuestro protagonista. Es gente dura, una comunidad nómada que debe su supervivencia a su utilidad para otras razas e imperios, pues son los únicos capaces de sobrevivir en el desierto de Zerzura y, mucho más importante, de cruzarlo con sus grandes caravanas.
Pero en Nilidia habitan otras gentes, como los deleh, que son el pueblo dirigente que gobierna a los demás, o los ruumi, los navegantes del rio, que solo viven a bordo de sus embarcaciones y nunca pisaban tierra firme. Y también los raama, el Pueblo Libre, que tienen un gran peso en esta novela.
La mitología de los zerzura nos es revelada a través de los pensamientos de Hijo de Azor desde casi el primer momento de la novela, preparándonos para la recta final, en la que los conocimientos adquiridos sobre el folclore del Pueblo Halcón nos permitirán disfrutar del espectacular desenlace de El cazador de Tormentas.
Gabriel Romero de Ávila
Este escritor ha hecho tan creíble el país ficticio de Nilidia que, si te descuidas, creerás que todo es real, que todo es verdad, que es una novela sobre las leyendas de un país histórico y sobre un período histórico solo accesible a través de los relatos orales del pueblo zerzura.

Esta novela abre un mundo. Gabriel tiene intención de seguir escribiendo sobre Nilidia, un territorio ficticio ubicado entre Libia y Túnez que parece implacable y baldío, pero que en realidad es mucho, muchísimo más.
Si quieres saber más sobre él, aquí tienes la puerta a su blog y a su novela: Gabriel Romero de Ávila.
Estas son todas las noticias sobre Nilidia por ahora…
Pero habrá más, amenaza el autor. Las estamos esperando, igual que espera el pueblo de los zerzura que su cazador de tormentas les señale el lugar en el que el agua de la lluvia les permitirá seguir existiendo.
Por ahora, sin embargo…
Un abrazo enorme y muchas gracias por leerme.
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Sentid, vivid y no os rindáis nunca.
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4 ideas sobre “El cazador de tormentas, un fascinante remolino en Nilidia”
Pues parece una obra interesantísima y la verdad es que antes de leer nada, con un vistazo a los mapas e imágenes, que incluyes, mi primera rección ha sido un «¿esto no se parece a la cuenca del Nilo?». Por lo que comentas, eso sí, la ubicación geográfica está algo más al oeste.
Siempre me han llamado mucho la atención esas obras que toman de referencia nuestro mundo, y crean una ambientación que parece hacer referencia a tiempos pasados. Como Conan, de Robert E. Howard, e incluso El señor de los anillos.
La reseña me deja con ganas de buscar el libro y leerlo. Te comento cuando le hinque el diente. ¡Un abrazo!
ES una región ficticia situada al oeste del Nilo, sí. La novela es cortita, poco convencional y se lee muy rápido.
Secundo la moción y me atrevo a decir que se ve una novela muy interesante y completa, así que… anotada para mis próximas lecturas!!! Gracias por introducirnos en nuevos mundos de tu mano!
¡Muchísimas gracias! 😊
Nunca mejor dicho, lo de los nuevos mundos. Esta novela crea un mundo de fantasía a partir de la desolación más absoluta.