Los jentiles, o jentilak son, según la mitología vasca, una antigua raza de gigantes que poblaban las tierras de Euskadi antes de la llegada de los seres humanos.

Está claro que jentilak de las narraciones populares poseen una estatura superior a la de los hombres. Sin embargo, la mitología vasca varía de valle en valle y existen muchas leyendas sobre estos seres, por lo que su tamaño difiere mucho según las fuentes. Esto lo puedes ver reflejado en las diferentes ilustraciones de este artículo.
La legendaria fuerza de los jentilak
Lo que no varía en ninguna leyenda y en ninguna fuente es el hecho de que poseían una fuerza extraordinaria; una fuerza tan fuera de toda medida que eran capaces de lanzar rocas de muchas decenas de toneladas a mucha distancia, incluso de una montaña a otra o de un valle al de al lado.
Antes de la llegada de los hombres, se dedicaban a lanzar estos grandes peñascos por pura diversión, y a veces también se entretenían lanzándoselos los unos a los otros.

En las leyendas se les considera como los responsables de muchos de los rasgos geográficos del País Vasco. De la misma manera, los antiguos vascos consideraban que los jentilak habían sido los constructores de los cromlechs y de los dólmenes que abundan en las tierras de Euskadi.
Un poco brutos, pero nada estúpidos
Estos seres moraban en cuevas y se entretenían lanzando rocas, pero no eran tan primitivos cómo podría parecer, pues se les considera los primeros mineros, herreros y molineros, así como los primeros en cultivar trigo.
Tampoco eran unos salvajes. Cuando llegaron los seres humanos, los jentilak se retiraron a las montañas y coexistieron pacíficamente. Ambas razas se llevaban bien y esto siguió así hasta la llegada del cristianismo.

La leyenda de la desaparición de los Jentilak
Cuenta una leyenda que hace mucho, mucho tiempo, todos los jentiles se encontraban festejando en la sierra de Alarar cuando una extraña nube luminosa apareció en el horizonte. Preocupados por aquel fenómeno inusual, buscaron a un respetado anciano de su raza y lo condujeron a la montaña. Una vez allí, el anciano observó la nube y dijo:
―Ha nacido Kixmi, y con él llega el fin de nuestra raza. No merece ya la pena vivir: ¡Arrojadme a este precipicio!
El anciano se precipitó por el acantilado y el resto de los jentiles vieron que la misteriosa nube se dirigía hacia ellos. Huyeron de ella hasta llegar al valle de Arraztaran, donde se introdujeron en una gran caverna. Tras entrar, sellaron el acceso con una gran losa conocida desde entonces como Jentilarri (piedra de los jentiles).
La leyenda explica que el término “kixmi” significa “mono” en el idioma de los jentiles, quienes lo utilizaban para referirse despectivamente a Jesucristo.
Muchas narraciones defienden que uno de los jentiles se negó a introducirse bajo tierra y se convirtió al cristianismo. Se trata del Olentzero, que hoy es un enorme carbonero que les lleva regalos a los niños vascos por Navidad.

Las obras de los Jentilak
En Euskal Herria hay muchos topónimos que se consideran obras de los jentiles:
- La mencionada Jentilarri, que en realidad un dolmen.
- Unos crómlechs de Arano que se llaman Jentilbaratzak (sepulturas de jentiles).
- Un dolmen de la montaña de Ataun-Burunda, Jentiletxe (casa de jentiles).
- El peñasco del barranco de Urdiola (Arrancudiaga), arrojado a aquel lugar por los jentiles que jugaban a bolos entre la montaña del mismo nombre y el Castillo Aracaldo.
- El peñasco de Markola (Carranza) que, al ser lanzado por un jentil, aplastó a un hombre y a su yunta de bueyes.
- El llamado Aitzbiribil (en Motrico), lanzado por los jentilak desde Santakruzmendi que está sobre Ondarroa.
- El de Amil (en Motrico), lanzado por los jentilak desde el monte Arno.
- El Jentileio (ventana de gentiles), un hueco que se abre en la cima de una peña de Urdiain.
- El Jentilzubi (puente de los gentiles), un espectacular arco de roca de Dima.
- La zona llamada «Jentilatzak» (las peñas de los jentiles), que son una serie de peñas que sobresalen del relieve en una pequeña hondonada del terreno, en la ladera norte del Monte Sollube.

El pacto de los jentiles, de Xandra Bilbao, una carta de amor a la mitología vasca
El pacto de los jentiles es una novela envolvente, cálida y muy humana que te llevará de la mano a través de los misterios que rodean a su protagonista. Mientras lo hace te irá revelando, poco a poco, la bella mitología de Euskadi. Los jentilak, protagonistas de este post, están muy presentes en esta novela.
Si os apetece conocer más detalles sobre esta bella obra, aquí tienes un post sobre ella de este mismo blog:
El pacto de los jentiles, de Xandra Bilbao.
¿Que ha sido de los jentilak?
Hoy, los jentilak habitan en lugares subterráneos a los que se accede a través de profundas cuevas. Viven escondidos del ser humano, pues saben que nada bueno pueden esperar de él. Me recuerdan mucho a los mouros de mi tierra. Jentiles y mouros habitaban Euskadi y las tierras dominadas por los galaicos, respectivamente.
Ambas razas construyeron los monumentos megalíticos de sus respectivas tierras. Ambas razas se retiraron bajo tierra, permitiendo que el ser humano poblase sus antiguos dominios. Y ahí siguen a dia de hoy. Escondidos. Esperando su momento.
Y esto es todo por hoy
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Mitología vasca y sus seres míticos.
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Seres míticos de nuestras leyendas.
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4 ideas sobre “Jentilak, los primeros habitantes de las tierras vascas”
Qué preciosidad de leyendas y descripciones sobre los Jentilak!!! este post me ha fascinado!!! siempre me encanta tu forma de relacionar costumbres y la «sabiduría popular» actuales con el origen y las leyendas de estos seres y mitos, y en este post en particular, el resultado es fabuloso!! Bravo!!!
Muchísimas gracias. Debes saber que me animas muchísimo y me das mucha energía. Siempre me apoyas. Eres genial y te lo agradezco muchísimo. ¡Gracias!
Genial, has hecho un recorrido por los Jentiles precioso y muy detallado. Enhorabuena 👏👏
¡Muchísimas gracias, Xandra!
Viniendo de ti, este comentario vale un mundo y parte de otro.
Es precioso esto que hacemos. Mantener nuestras mitologías vivas. ¿A que sí?