Las lavandeiras, terroríficos espectros de la muerte

Lavandeiras, se me ponen los pelos de punta. No son las típicas ánimas en pena, como la Santa Compaña. No tienen películas, no tienen novelas, no aparecen en tarjetas, ni como figuritas, ni en imanes de nevera.

Las lavandeiras son una leyenda muy extendida y antigua. El cuadro «Las lavanderas de la noche», de Yan’ Dargent. (1861), es una prueba magnífica.
«Las lavanderas de la noche», de Yan’ Dargent. (1861)

Son otro tipo de tradición, una muy antigua, de la que se habla en susurros. Las lavandeiras dan miedo de verdad.

La gente, en realidad, no cree en las leyendas y en los seres miticos más representativos de su zona. Los irlandeses no creen que se vayan a encontrar un leprechaun por el bosque. En Galicia, no creemos que nos vayamos a encontrar con la Santa Compaña, ni con un olláparo. Pero tampoco nos atrevemos a ir de noche por los caminos rurales de Galicia.

Si nos viesemos obligados a hacerlo, si nos cogiese la noche por los caminos y, al pasar al lado de un rio o de un regato, viesemos a una mujer lavando la ropa de noche, sin luz, creedme cuando os digo que CREERÍAMOS. Creeríamos que es una lavandeira. No intentariamos racionalizarlo. Saldríamos por patas. Lo sé seguro, hasta las profundidades de mi alma.

Lavandeiras, una terrorífica leyenda celta

Las lavandeiras son peligrosos espectros que se aparecen en las noches de luna llena, en las orillas de los ríos, lavando unas sábanas manchadas con sangre que nunca consiguen quitar.

Tienen su origen en la mitología celta irlandesa y, desde ahí llegaron a Escocia, Francia, Galicia, Asturias, el País Vasco y a algunas zonas de Portugal. En gallego se las conoce como lavandeiras, en asturiano se les llama llavanderes, en euskera garbigileak y en castellano lavanderas.

En las leyendas más antiguas se menciona que eran vistas antes de las batallas. Se trataba de espectros, de apariciones que lavaban sábanas o mortajas, siempre manchadas de sangre, en las orillas de un curso de agua. Toparse con ellas era un presagio de muerte, pues la misión de estas criaturas era ser las mensajeras de la muerte.

Las Lavandeiras, las lavanderas de la Noche, las mensajeras de la muerte

Según su propia leyenda, hay dos posibilidades en lo que respecta a su aspecto físico:

  • Pueden ser ancianas con el cabello blanco y el rostro muy arrugado. Sus ojos suelen estar enrojecidos y visten de negro o amarillo. Tienen una voz desagradable, vieja y cascada.
  • También pueden ser mujeres jóvenes de gran belleza. Normalmente se las oye cantar mientras lavan y tienen una voz muy seductora.​ La lavandeira que aparece en mi primera novela es de este tipo.

Se trata de criaturas presentes en nuestros folclores desde muy antiguo. Tal vez, en parte, por eso existe ese miedo arraigado en el subconsciente colectivo. Las historias cuentan que son mujeres que murieron durante el parto o que dejaron morir a sus hijos sin bautizarlos. Eso las convierte en víctimas de una maldición, que las transforma en lavandeiras.​

Aparecen de noche en ríos, lavaderos, regatos y fuentes, donde se afanan en lavar unas sábanas manchadas de sangre, invitando a los que pasan cerca a ayudarlas. Existen dos maneras de salir del paso: la primera es la más sencilla; no hacerles caso. La segunda es, en el caso de que les ayudemos, tener mucho cuidado de no retorcer la ropa en el mismo sentido que lo hacen ellas.

Hacer las cosas mal puede suponer la muerte. Si el solicitado se niega, por temor o insolidaridad, o no gira la ropa en el sentido adecuado, cae una maldición sobre él que puede conducirlo a la muerte en poco tiempo.

Carlos Nuñez ha sabido plasmar un poco de lo sobrecogedor de esta leyenda en una canción que remueve el alma. Haceros un favor y disfrutad del videoclip. Aquí tenéis la letra, por si la queréis ir leyendo mientras lo escucháis.

Era unha noite de lua (Era una noche de luna)

era unha noite clara, (era una noche clara,)

eu pasaba polo río (yo pasaba por el rio)

de volta da muiñada. (de vuelta del molino.)

Topei unha lavandeira (Me encontré una lavandeira)

que lavaba ao par da auga. (Que lavaba al lado del agua)

Ela lavaba no río (Ella lavaba en el rio)

e unha cantiga cantaba. (Y una canción cantaba)

«Moza que ves do muiño («Chica que vienes del molino)

moza que vas pola estrada (chica que vienes por el camino)

axúdame a retorcer (ayúdame a retorcer)

miña sábana lavada.» (la sábana que he lavado.»)

Desparece a lavandeira (Desaparece la lavandera)

como fumeira espallada (cómo humo que se disipa)

Onde as sábanas tendera (Donde había tendido las sábanas)

poza de sangue deixara (había dejado un gran charco de sangre.)

Era unha noite de lúa (Era una noche de luna)

era unha noite clara. (era una noche clara.)

Carlos Nuñez

Lavandeiras de otros tiempos y lugares.

La literatura irlandesa medieval representa criaturas femeninas lavando sábanas o sudarios ensangrentados como signo de las muertes que se avecinan en futuras batallas.

En el Táin Bó Cuailnge «El robo del toro de Cuailnge», un antiguo y valiosísimo texto irlandés, sucede lo siguiente: poco antes de su muerte, Cu Chulainn, el mayor de los héroes de la mitología celta, se encontró en un río con una bellísima doncella.

Esta se lamentaba mientras lavaba ropas y piezas de armadura en las frías agua, que se llevaban la sangre que empapaba las prendas. Con ello estaba presagiando la inminente muerte del héroe.

Conectando con lo que acabamos de decir, en La Civilisation Celtique, Françoise Le Roux y Christian-Joseph Guyonvarc’h establecen una conexión entre la lavandera de la noche y el mito de la diosa celta Morrigan, que anuncia la muerte del héroe Cú Chulainn lavando su ropa ensangrentada en un río.

Imagen de Morrigan, diosa celta de la muerte.
Morrigan es una importante diosa celta de la muerte, lo que le concede una relación directa con la figura de las lavandeiras.

Conceptos paganos muy antiguos y cristianos, más recientes, se entremazclan en una figura importantísima de la mitología celta que lleva evolucionando durante milenios. Hoy en día, aquí, en la península, siguen siendo lavandeiras. En Irlanda se han transformado en las banshees.

Las lavanderas son también figuras muy populares y extendidas en las mitologías de Escocia, Gales y la Bretaña francesa.

Bean sidhe y bean nighe, las lavanderas de la noche de Irlanda y Escocia

Como hemos dicho, el origen de estas criaturas es muy antiguo. En una narración, Richard the Clare, un líder normando del siglo XII, se encontró con una bean sidhe que lavaba piezas de armadura y ricos ropajes con las manos cubiertas de sangre. Estaba advirtiendo al noble de su próxima muerte.

Bean Shide lavando la armadura de Richard the Clare
Bean Sidhe lavando la armadura de Richard the Clare

El carácter de la lavandera de noche (bean nighe / bean sidhe) está presente en el folklore medieval y aún anterior de Escocia e Irlanda. En el folclore más moderno, la lavandera, la bean sidhe cede el papel de mensajero de la muerte a la banshee, que anuncia las muertes con sus gritos y lamentos. Es, muy probablemente, la evolución de una misma criatura.

Lavandeiras en el nuevo mundo

La leyenda de la Siguanaba es una versión americana de la lavandeira, una mujer que lava ropa por los ríos, lagunas o fuentes de agua, y que seduce a los hombres para luego matarlos. Son el mismo personaje. Su leyenda viajó con los conquistadores españoles y, cómo ellos, se estableció en América, donde tuvo su propia evolución.

Lavandeira. Visión muy exagerada.
No os preocupéis, tampoco son tan así. Esta imagen se vale de un acentuado efecto dramático.

Y hasta aquí…

Hasta aquí hemos llegado con esta fascinante leyenda, con este terrorífico espectro tan nuestro.

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Un abrazo enorme. Muchas gracias por leerme.

Sentid, vivid y no os rindáis nunca.

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