La Güestia, también llamada «La mala güeste», es heredera y descendiente del mito indoeuropeo de la cacería salvaje. Su etimología parece proceder de «hostis antiquus», que significa hueste antigua.

La distribución geográfica de este mito comprende la totalidad del principado de Asturias, aunque recibe diferentes nombres según las zonas. La llaman Huestia o Güestia , en la comarca central; Santa Comopeñe, en Somiedo; Santa Compañía, en la comarca del río Navia; y Buena Gente, en otros lugares.
Se trata de una comitiva de espectros que visitan a los moribundos poco antes de que llegue su hora. Sus integrantes van vestidos con largas túnicas blancas con capucha y cada una de ellos lleva una vela o un hueso humano ardiente. Mientras caminan van tocando una campanilla.
La Güestia, disección del mito
En algunas historias, la Güestia está compuesta por ocho ánimas, aunque en otras este número aumenta. Sin embargo, en lo que están todas de acuerdo es en que suelen ser antiguos conocidos del moribundo, aquellos amigos y familiares que se le han adelantado en el viaje al otro mundo. Siempre caminan en fila de a dos y, en ocasiones, los últimos cuatro espectros llevan un ataúd cargado a hombros. La finalidad de este ataúd es portar el alma de futuro fallecido.
Existen dos versiones del mito. En una de ellas el alma del moribundo está ya dentro del ataud cuando la procesión sale del cementerio. En la otra, el alma entra en el ataúd cuando la Güestia finaliza su labor, justo antes de desaparecer.
Los espectros pueden salir del cementerio a pie o subidos en el Carru de la muerte, otro terrorífico integrante de la mitología asturiana. En el caso de que viajen en este carruaje espectral, la Güestia se mantiene en silencio. Si salen del cementerio caminando, sin embargo, lo hacen emitiendo rezos o cánticos fúnebres. También, mientras deambulan por los caminos, se les puede oír recitar lo siguiente:
«Cuandu nós yéramos vivos andábamos a éstos figos y agora que somos muertos andamos per estos güertos ¡Andar, andar,hasta’l tueru la figar!.»
Significado: «Cuando estábamos vivos andábamos a estos higos(andábamos por aquí, o haciendo esto), ahora que estamos muertos, andamos por estos huertos.»
Sin embargo, en el momento en que los espectros se encuentran con gente viva, les golpean con los huesos mientras les gritan: «¡Andad de dia, que la noche es mia!».

A su paso, los perros aullan aterrorizados, los gatos huyen despavoridos y cesan todos los ruidos de animales en el bosque.
La gente normal no puede ver a estos espectros. Solo los vedoiros o vedoiras pueden hacerlo. Estos individuos son los que fueron bautizados, por error, usando el óleo de la extremaunción en vez del óleo bautismal. Alternativamente, una persona normal podría presentir a La Güestia sin llegar a verla claramente. Olor a velas, viento frío, un escalofrío que recorre el cuerpo, o bien ver solo la luz de las velas encendidas en procesión, que semejarían fuegos fatuos flotando en el aire.
La Güestia tiene por misión anunciar la muerte a la persona que está a punto de perecer. Para ello, la procesión se dirige a su casa y la rodea tres veces. La persona fallece cuando la procesión finaliza la tercera vuelta. En ese momento, una copia del cuerpo del fallecido ocupa el ataúd, mientras que su alma engrosa las filas de la procesión. Por su parte, los espectros que componen la Güestia gritan (o, en algunas versiones, lloran), se apagan sus fuegos y ellos mismos desaparecen.
Asturias y Galicia, primas hermanas.
Al estar Asturias y Galicia tan unidas, tanto física como espiritualmente, en algunas zonas el mito de la Santa Compaña y el de la Güestia se mezclan.
De esta manera, en algunas zonas de Asturias esta procesión va encabezada por una persona viva que porta en sus manos una cruz o un caldero de agua bendita (a veces ambos). Este individuo está condenado a salir todas las noches por los caminos para liderar la procesión, aunque a la mañana siguiente no albergue ningún recuerdo de su peregrinaje nocturno.
Noche tras noche, la víctima va palideciendo y adelgazando gradualmente hasta que finalmente muere, a menos que antes consiga pasarle la cruz a otra persona, pasándole también, de esa manera, su destino y su condena.
El Carru de la Muerte
La Güestia puede viajar en el Carru de la Muerte, un oscuro carro que vuela por los cielos asturianos para recoger las almas de aquellos que mueren.

En algunas historias, el carro es tirado por corceles invisibles y lleva ruedas de corcho para que no ser oído. Se cuenta en estas narraciones que su conductor es la última persona fallecida en la parroquia. Cuando detiene el carro frente a la casa del que va a morir, pronuncia la siguiente frase:
«Salga, (el nombre que corresponda), que aquí lo buscan. »
Y eso es todo sobre la Güestia y el Carru de la Muerte.
Sin embargo, esta solo es una de las procesiones fantasmales que recorren las mitologías de la Península Ibérica. Otra de ellas, la más famosa, es la Santa Compaña gallega. Tengo un post muy completo dedicado a ella. Si te interesa, aquí lo tienes: La Santa Compaña.
Además, si quieres conocer a las demás procesiones espectrales de la península, puedes hacerlo en el siguiente post, a la vez que descubres la historia del antepasado de todos ellos: la Cacería Salvaje:
La Cacería Salvaje indoeuropea y sus hijos. Procesiones fantasmales en la Península Ibérica.
A lo mejor no son los fantasmas lo que te gusta, sino más bien las leyendas y criaturas fantásticas de Asturias. Si ese es el caso, aquí tienes:
- Las xanas, bellas deidades de los cuerpos acuáticos.
- El cuélebre, la serpiente alada de Asturias.
- El carru de la muerte, que viene a recoger las almas de los difuntos.
- Las ayalgas, esas tristes y fascinantes damas encantadas.
- Las lavandeiras, las lavanderas de la noche gallegas y asturianas.
- El papón, el ogro comeniños de Asturias.
- La zamparrampa, barranca, parranca o zanca parranca
- El Urco, el Can do Mar gallego y asturiano.
- El busgosu, protector de los bosques de Asturias
Además, si quieres echar un ojo a TODAS las criaturas fantásticas que hay en este blog, aquí las tienes: Criaturas fantásticas en Desde Iliddiam.
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