El duende follet está muy expandido. En nuestro país, ha colonizado toda la costa bañada por el Mediterráneo, ha conquistado las Islas Baleares, y ha penetrado tierra adentro hasta Aragón. En todas estas tierras, su tamaño y su comportamiento varía en gran medida. Hablemos de ello.

El duende follet del Levante español es muy travieso y muy activo. No para quieto. Comparte muchos rasgos con los demás duendes de la península, pero su estatura es aún menor, midiendo, como mucho, unos treinta centímetros. En este artículo veremos casos, a lo largo y ancho de Aragón, Cataluña y el resto de Levante, de follets realmente minúsculos.
De todas maneras, la variante más pequeña tal vez sea la de las Islas Baleares. Lo es tanto que los humanos que consiguen poseer algún duende follet lo guardan en un saquito de piel de gato, lo que nos recuerda un poco a los minairons, que tienen el tamaño de insectos y no son duendes, pero no andan muy lejos de serlo.
¿Cómo és el duende follet?
Si observamos el conjunto de las leyendas sobre los follets, podemos ver que adoptan dos formas: la de activos duendecillos y la de corrientes y remolinos de aire. En el caso de que adopten la primera de estas formas, su tamaño va desde muy pequeño hasta minúsculo.
Su aspecto es el de personitas con rabo y, rasgo compartido con otros duendes de la península, un agujero en la mano izquierda. Otro rasgo característico es que les gusta vestir con coloridos ropajes, rasgo que la variante de Cataluña, como veremos más adelante, lleva hasta el extremo.
El duende follet de las Islas Baleares
El duende follet de las Islas Baleares es muy diferente a su tocayo de la península. Para empezar, es de menor tamaño. Eso quiere decir que, si el follet peninsular es mucho más pequeño que un duende normal, el de las islas es realmente minúsculo. También se caracteriza por ser un buen chico (al contrario que el barruguet, el «duende malo» de estas islas).
Otra gran diferencia es que estos chiquitines pueden ser capturados. Si esto sucede y la persona que los ha apresado sabe de estas cosas, buscará la manera de conseguir un saquito de piel de gato, con el pelo mirando hacia el interior, para guardar al duende (o a los duendes) dentro. Todo esto puede recordarnos un poco a los peligrosos minairons de las zonas lindantes con los Pirineos, pero hay muchas diferencias. Ya para empezar, este duende follet balear es bueno y obediente.

La persona que haya logrado guardar a uno o varios follets en el interior del saquito, obtendrá fantásticos poderes. Entre estos se cuentan la capacidad de volar, el poder de teletransportarse instantáneamente a cualquier lugar y también la capacidad de cambiar de forma física. No está nada mal, ¿verdad?
Según muchos testimonios orales recogidos por los folcloristas a principios de siglo, el lugar donde dormía más a gusto un duende follet era una talega de piel de chivo.
Otras cosillas de las islas
Hemos visto que poseer un saquito con follets concedía poderes increíbles, pero también era muy peligroso. La iglesia consideraba a todo aquel que demostrase tener esos poderes un «bruixot» (brujo).
En la isla de Mallorca existía un dicho: «¡Baud tengut follet!». Se utilizaba cada vez que desaparecía misteriosamente algo que, en teoría, debería estar en un lugar determinado. Esto, que nos pasa a algunas personas a diario, es, por supuesto, obra de duendes. En mi tierra, el duende al que le encanta hacer estas fechorías no es el follet, sinó el sumicio.
El duende follet tiene, en las Islas Baleares, su total opuesto en el duende barruguet. Esta molesta criatura solo existe en estas islas, y, concretamente, en la isla de Ibiza. Se trata de una criatura malvada a la que le encanta molestar a los seres humanos. Tendrá un post para él solo.
Dicho sea de paso, este duende estrena, en este blog, la mitología de las las Islas Baleares. Esta sección no tardará en estar poblada de artículos acerca de sus seres míticos.
El imaginario popular de las Islas Baleares cuenta con bastantes similitudes con el de Cataluña, sin que esto quiera decir que no cuenten con una mitología propia y característica, como no podía ser menos en unas islas por las que, a lo largo de los siglos, han pasado innumerables pueblos y en las que se han asentado y convivido un gran número de culturas. Su legendario popular es riquísimo, y puede decirse que no hay pueblo o lugar de las islas que no cuente con historias y leyendas bellísimas que nos muestran su pasado. Fenicios, romanos, griegos, árabes, templarios y piratas solo algunos de los grupos y culturas que por ellas pasaron.
Manuel Martín Sánchez. Seres míticos y personajes fantásticos españoles.
El duende follet de la península
En Cataluña, Aragón y la Comunidad Valenciana, follet significa, literalmente, duende. Por lo tanto, engloba varios tipos de duendes, como los cerdets y los donyets, que tendrán su propio post algún día. A los primeros les encanta cabalgar por las calles a toda velocidad durante las noches, y los segundos van vestidos con sus características ropas: faja, chaleco y pañuelo en la cabeza.

Tienen, igual que el trasno y que el trasgu, un agujero en el centro de la mano izquierda. Hay quien dice que el viejo truco de los granos de cereal funciona con él. Yo, personalmente, lo dudo: aún los follets más grandes son demasiado pequeños para que se les cuele un grano de maíz por un agujero en la palma de la mano.
Suelen tener la tez amarillenta y barba. Además, acostumbran a llevar un gorro rojo con cascabeles y un traje a rombos, como los arlequines, pero de vivos colores. También se dice que les dan auténtico terror los cuchillos y las navajas. No los culpo. Es algo que le pasa a la mayoría de la gente.
El hogareño duende follet penínsular
Un follet protege la casa en la que habita y, todos los días, cuando la familia se ha ido a la cama, se da un paseo por la vivienda para comprobar que todo está en orden y colocar bien aquello que no lo esté. Si alguien se ha ido a la cama sin recoger los cacharros de la cocina, o sin ordenar las cosas, se habrá ganado un buen pellizco nocturno del follet.
Cuando acaba de ordenar e inspeccionar la casa, el duende follet se mete a dormir entre las cenizas del hogar, que es donde vive. Por ese motivo existe la costumbre de no limpiar esas cenizas excepto en la víspera de Todos los Santos o en el dia de Pascua. Estas son dos ocasiones festivas para este duende, momentos en los que se asea y sale a divertirse.
Joan Amades recogió en el tomo cuarto de su Costumari Catalá que los follets de La Garrotxa y El Ripollés, una vez terminada su ronda nocturna, se entretienen haciendo rodar una piedrecita muy preciada para ellos, que les sirve de juguete y que procuran no perder nunca. Poseer la piedra de un follet trae ventura y riqueza sin limites, y solo es posible quitarle a uno de estos duendes su piedra durante la noche de San Juan. Eso sí, hay que tener cuidado, porque, si el follet se da cuenta de las intenciones del ladrón, le lanzará una maldición terrible.

El «otro» duende follet de la península
Existe una segunda vertiente en lo que respecta al modus operandi de este duende. Estos «desviados de la norma», en lugar de vivir en las casas y protegerlas, se cuelan en ellas a través de la chimenea, o por las rendijas que había antiguamente bajo las puertas y ventanas de madera. También pueden llegar a hacerlo a través del ojo de la cerradura, lo que nos revela, una vez más, que algunos follets de la península son tan pequeños como sus parientes baleares.
Una vez dentro de la casa, se dedican a realizar diversas travesuras, a molestar y a hacer ruidos. Algunos folcloristas tienden un puente entre los duendes follet más caseros y los que se cuelan en las casas, diciendo que estas fechorías son una represalia hacia la familia por haber sido vagos o desordenados.
Trasgo pequenín, travieso y juguetón tocado con puntiaguda capucha roja, de larga barba blanca, que penetraba por los hogares pasando por el agujero de la cerradura o bien por debajo de la puerta; que lo removía todo y se comía las golosinas guardadas en la despensa.
J. Amades.
En S’Agaró se cuenta que trenzan las crines y las colas de los caballos con tal maña que los campesinos, ante la imposibilidad de deshacerlas, se ven obligados a esquilarlos, mientras que en el alto Ampurdán existe el dicho de que nada corre más que un caballo con un duende follet escondido entre sus crines. Todo esto nos es muy familiar: nos recuerda al piskie de Cornualles, un duende sorprendentemente parecido.
Los follets y la noche de San Juan
La de San Juan es una noche muy especial para estos duendes y, durante ella, es posible interactuar con ellos.
En Surroca de las Minas y en Bruguera creen que, durante esta noche, grandes grupos de follets se reunen bajo las setas, especialmente bajo aquellas con la copa en forma de capucha o cucurucho. Hay que poner mucho cuidado en no pisarlas. De nuevo, nos encontramos con follets muy, muy pequeños, cercanos al tamaño de los insulares.
En Llucanés perdura una creencia según la cual los follets vivían dentro de algunos juncos y, durante la noche de San Juán, era posible capturarlos. Para ello, el interesado debía dedicarse a recoger estas plantas a ver si, por casualidad, se encontraba con una que fuese el hogar de un duende.
Los follets y los vientos
Existen algunos autores, como Olivier de Marliave, que le atribuyen al follet una naturaleza pícara y sexual. Defienden que este duende podía adoptar la forma de un remolino de viento para lanzarse sobre las jóvenes con intenciones lascivas. Este es el motivo de que, en algunos lugares, como en el Rosellón, se esparciesen granos de cebada o de maíz ante la puerta de las casas como protección cuando soplaba un viento muy fuerte, pues se creía que los granos de cereal detenían a este duende.
A toc d’oració,
les minyones a recó
perqué corren el follet
i el girafaldilles,
que dona surre a les faldrines.
—
A toque de oración,
las criadas al rincón
porque corren el follet
y el girafaldillas,
qué dan azotes a las solteras.
Copla popular catalana.
Con intención sexual o no, en muchas zonas de Cataluña se asocia al duende follet con distintos vientos, sobre todo con los cambios de viento de ciertas estaciones, que suelen traer extraños y enloquecedores remolinos en los que juegan y ríen los follets.
En la Comarca de Olot se suele decir que el follet no falta nunca en los remolinos de viento. En el Pallars se denomina Follet al viento huracanado. En Ribra de Cardós, folet o fulet es un remolino de viento. En Campelles afirman que el follet es «un mal esperit que va amb el vent».

Follet se utiliza como expresión de algo rapidísimo y misterioso. Si desaparece algo sin saber como, se dice: «Ni que yese pasau el follet»
Manuel Martín Sánchez. Seres míticos y personajes fantásticos españoles.
La mitología de las Islas Baleares se une a las mitologias del este
Está claro. La mitología de estas islas es muy rica y variada. Personalmente, pienso investigarla en profundidad a partir de ahora. Hoy la estamos estrenando con el más popular de sus duendes: el follet.
Ya existen en este blog un puñado de criaturas míticas que pertenecen a las mitologías de Aragón, las Islas Baleares, Cataluña y Valencia. Son las siguientes:
- Las fadas, moras o moricas encantadas aragonesas y las dones d’aigua catalanas.
- Los minairons de los Pirineos catalanes y aragoneses
- El papu catalán.
- El gigante Tombatossals de Levante.
Como aún son pocas, si queréis conocer a los seres míticos de cualquier otra mitología de la península o bien de cual quier otra nación celta, podéis encontrarlas todas aquí:
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Un abrazo enorme. Muchas gracias por leerme.
Sentid, vivid y no os rindáis nunca.
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2 ideas sobre “El duende follet, un chiquitín muy mediterráneo”
¡Curioso y entrañable duendecillo! Impresionada con todas sus variantes y toda la información que recopilas y tan magistralmente nos presentas, de cada uno de los seres que van saliendo en este mágico blog. ¡¡Una colección fantástica y un post muy bonito!!
Jo. Que suerte tengo contigo. ¡Muchísimas gracias!